Hay cráteres lunares famosos no solo por el personaje del cual
lleva el nombre, sino, además por otras causas.
En este caso por haber sido elegido en la película, “2001, Una
Odisea del Espacio”, para dejar allí un misterioso monolito.
Me refiero a Clavius. Un cráter merecedor de un atento escrutinio
por los muchos detalles que se pueden ver en su interior.
Situado en las abruptas tierras del sur de la Luna, tiene un
diámetro de unos 225 Km. Es una formación que, como las muñecas rusas, tiene
cráteres dentro de cráteres.
Debe su nombre a Christophorus Clavius (1538-1612), astrónomo
alemán que junto a Pedro Chacón recibió el encargo del Papa Gregorio XIII de
estudiar las soluciones al problema del desplazamiento de las fiestas
religiosas a lo largo de los años.
Dejó escritos una gran cantidad de libros sobre matemáticas y astronomía. Como curiosidad
decir que, posiblemente, fueran su obras de las primeras occidentales ,que de
asuntos científicos, se tradujeran al chino gracias a su discípulo Mateo Ricci.
Acompaño
dos fotos con diferente orientación. Una tal y como se vería con unos
prismáticos y otra especular, que es como se ve con un telescopio provisto de
un prisma cenital.
No todos los cráteres tienen nombre. Los que están cerca o dentro,
como es este caso, del principal llevan adjudicadas letras. Por ejemplo: hay
dos de ellos, Rhuterfurd y Porter, que si llevan nombre, pero los más pequeños
tiene letras.
Es un buen ejercicio al telescopio
ver cuantos de estos pequeños cráteres podemos localizar.
Visión directa con prismáticos.
Visión especular, con prisma cenital.
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